Días 1, 2 y 3
La aventura está a punto de comenzar.
Nos reuniremos todos los miembros del grupo en el aeropuerto para dar inicio a esta experiencia. Aunque ya nos habremos conocido a través del grupo de WhatsApp y las videollamadas previas, será el momento de vernos por primera vez en persona y darnos un gran abrazo.
¡Solo falta pasar los controles, acomodarnos en el avión y empezar nuestra travesía!
¡Bienvenidos a Perú!
Llegados a Cuzco, nuestro guía local nos recibirá para llevarnos al alojamiento, donde nos espera una rica cena y descanso tras el largo trayecto.
En nuestro primer día completo, exploraremos Cuzco de la mano de nuestro guía anfitrión. Conoceremos los puntos más emblemáticos de la ciudad y sus alrededores, recorriendo tanto la parte Inca como la colonial, donde cada lugar guarda siglos de historia. Además, tendremos la ocasión de descubrir otros rincones de la ciudad donde el turismo convencional pasa de largo.
Al día siguiente, nos adentraremos en el Valle Sagrado. Haremos paradas en lugares como Chinchero y su complejo arqueológico, los andenes circulares de Moray, las salineras de Maras y otras poblaciones tradicionales hasta llegar a Urubamba. En el camino, podremos disfrutar de los paisajes andinos, empezar a saborear los platos más típicos de la zona y comprobar la calidez de su gente. Y si te ofrecen mate de coca, ¡acéptalo! No es una pócima mágica, pero ayuda. Y además, está bien rico.
Estos primeros días también nos servirán para que el cuerpo se aclimate a la altitud de forma progresiva, de modo que lleguemos perfectamente adaptados a las siguientes etapas del viaje, cuando subamos a cotas más altas.
Días 4, 5 y 6
Iniciamos la ruta que nos llevará hasta la mítica ciudad perdida del Imperio Inca: el Santuario Histórico de Machu Picchu.
Cruzaremos los Andes en transporte privado, disfrutando de paisajes espectaculares mientras atravesamos el imponente paso de Abra Málaga y descendemos hacia los frondosos bosques de Santa María.
Al mediodía, después de unos relajantes baños termales en plena naturaleza, comenzaremos el trekking siguiendo el río Vilcanota y las vías del tren andino, bordeando las laderas selváticas de la montaña Machu Picchu. Una caminata impresionante que nos llevará hasta el pueblo de Aguas Calientes (Machu Picchu Pueblo), con paisajes que se quedan grabados en la memoria.
Al día siguiente, llega uno de los momentos más esperados del viaje: la visita a Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo moderno. Recorreremos con calma sus enclaves más emblemáticos, acompañados de nuestro guía local, que nos ayudará a interpretar su historia y su misterio. Tocará madrugar, sí. Pero créenos, ese primer vistazo a Machu Picchu lo compensa TODO, incluso si te aguaron el café en el hotel.
Por la tarde, habrá tiempo libre para pasear por Aguas Calientes o relajarnos en sus pintorescos baños termales.
Para cerrar esta etapa, de regreso a Cuzco, recorreremos la parte este del Valle Sagrado. Visitaremos el centro arqueológico de Pisaq, su colorido mercado artesanal y varios miradores naturales con vistas privilegiadas al valle. También será una ocasión perfecta para probar nuevos bocados de su peculiar gastronomía local.
Días 7 y 8
Después de varios días adaptándonos a la altitud de Cuzco (3.399 m), estaremos listos para dar un paso más: el trekking de las 7 lagunas de Ausangate, una ruta inolvidable que transcurre entre los 4.300 m y los 4.850 m de altura.
Madrugaremos para desayunar con la comunidad local de Pacchanta, cuyos habitantes se dedican a la cría de alpacas, el cultivo de tubérculos y el tejido tradicional andino. Un encuentro cálido y auténtico que marcará el inicio de la jornada.
Desde allí comenzará nuestra travesía por plena cordillera andina, entre lagunas de aguas turquesas, formaciones rocosas, llamas, alpacas y vistas imponentes que dejan sin palabras. El entorno natural de esta ruta es de una belleza sobrecogedora.
Al regresar, compartiremos un almuerzo con la comunidad y, si lo deseas, podrás relajarte en sus baños termales al aire libre, con vistas a las montañas que acabamos de recorrer.
El día siguiente, merecido descanso: día libre. Hoy es el día ideal para hacer eso que dijiste al empezar el viaje: “cuando tenga un rato, me siento con un buen café y un libro”. Pues ese rato ha llegado.
Podremos levantarnos sin prisa y disfrutar de Cusco a nuestro ritmo. Cada persona será libre de pasear tranquilamente por sus calles empedradas, visitar mercados, leer en una terraza o apuntarse a alguna de las actividades opcionales que ofrece la ciudad. Y para quienes se animen, tendremos preparada alguna pequeña sorpresa.
Días 9, 10, 11 y 12
El Amazonas peruano nos espera con una explosión para los sentidos.
Después de los Andes, cambiamos de escenario. Nos adentramos en el Amazonas en una expedición completamente distinta, donde todo (los sonidos, los colores, los aromas) se vive con intensidad. Nuestro alojamiento, completamente integrado en la selva, solo es accesible navegando el río durante aproximadamente una hora. Nada más llegar, la naturaleza nos envolverá por completo.
Ese mismo día seguiremos un estrecho sendero entre árboles gigantes de castaña (de hasta 40 metros de altura), y aprenderemos de los locales el proceso de recolección, secado y conservación de este fruto. Más tarde al anochecer, realizaremos un avistamiento de caimanes con linternas especiales para no alterar su tranquilidad. Con suerte, también podremos ver capibaras, los roedores más grandes del mundo, que llegan a pesar más de 60 kilos.
Al día siguiente, tras una caminata por la espesa vegetación, llegaremos a un enorme lago habitado por aves, monos y pirañas. Pasearemos en bote a remo mientras observamos diferentes especies como el shansho, cormorán, jacanas, puma garza, gallinazos, cotomono, mono fraile, machín negro, pichicos o perezosos. Si el azar nos acompaña, podríamos encontrarnos con una familia de nutrias gigantes (de casi dos metros de largo) o con caimanes de más de cuatro metros, algunos de los más grandes registrados.
En la siguiente jornada, navegaremos durante dos horas río arriba para visitar la comunidad nativa de Palma Real, perteneciente a la etnia Ese-Eja, conocidos como “Nativos del Amazonas”. Nos enseñarán su escuelita, aprenderemos algunas palabras en su lengua y compartiremos tiempo con las familias, que nos mostrarán su día a día y sus actividades tradicionales. Los mayores del lugar nos contarán leyendas de la Amazonía que han sobrevivido al paso del tiempo.
Nuestro último día en la selva lo dedicaremos a visitar una Reserva Ecológica que alberga más de 65 animales rescatados (tapires, pumas, osos, monos araña, guacamayos, paujiles, trompeteros), todos ellos en proceso de recuperación para su reintroducción en su hábitat natural. Recorreremos parte de sus 472 hectáreas y podremos contribuir con un pequeño gesto colaborando en cualquier tarea que se requiera en ese momento.
Cerramos esta etapa con una actividad de canopy entre puentes colgantes a más de 35 metros de altura, desde donde podremos observar aves y monos en total libertad. Si alguna vez soñaste con ser Tarzán… este es tu momento. Solo que con arnés, casco, y sin dejarte la voz.
Días 13 y 14
Cierre en Lima: historia, contrastes y despedida.
Ponemos el broche final a este viaje en Lima, capital de contrastes y punto de encuentro entre tradición y modernidad. Nos alojaremos en uno de los barrios más agradables y seguros de la ciudad, perfecto para pasear y disfrutar de su reconocida gastronomía.
Durante nuestra visita recorreremos algunos de los lugares más emblemáticos de la capital peruana: los distritos modernos de Miraflores y San Isidro, hasta llegar al Centro Histórico de Lima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con sus plazas, casonas coloniales y edificios llenos de historia.
También dispondremos de tiempo libre para explorar la ciudad a nuestro ritmo: comprar algún recuerdo, tomar un café local o probar ese plato típico que aún nos falte (quizás un ceviche limeño, un ají de gallina o un buen lomo saltado).
Por la noche celebraremos la cena de despedida. Un momento para compartir anécdotas, revivir lo vivido y brindar juntos por esta experiencia.
El último día, según el horario de los vuelos, aún podremos disfrutar de unas horas más antes de poner rumbo a casa.
Nos despediremos de Perú con el corazón lleno y la mochila cargada de vivencias que no se olvidan.